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Restauración del boceto de la Proclamación del Dogma del voto de la Inmaculada, obra de Alfonso Grosso

La Hermandad acomete la restauración de la obra pictórica de Alfonso Grosso (1966, y donada a la Hermandad de la Macarena en 1972) que sirvió como boceto del gran lienzo que decora la parte alta de la nave lateral de la Catedral (altar del Jubileo) y que protagoniza la Inmaculada Concepción con el rostro de la Santísima Virgen de la Esperanza. 

Los trabajos de conservación y mantenimiento están a cargo del conservador -y hermano de la corporación- del patrimonio mueble de la Hermandad Carlos Peñuela Jordán.

La intervención se centra en solventar algunos problemas de tensión del soporte textil de la obra así como en el asentamiento de los estratos pictóricos y de preparación. Se retirará la suciedad superficial así como los depósitos y se acometerá la reintegración volumétrica y cromática puntual. 

Esta obra, ya restaurada, formará parte de la exposición ‘Sevilla refugio de María: ocho siglos de devoción’, que se celebrará el próximo mes de septiembre.

Con esta nueva intervención la Hermandad continúa con su apuesta decidida por conservar y mantener su extenso patrimonio de manera que las futuras generaciones de macarenos disfruten del mismo en todo su esplendor.    

y en la web de: https://sevilla.abc.es/pasionensevilla/noticias-semana-santa-sevilla/sevi-macarena-restaura-boceto-lienzo-alfonso-grosso-catedral-202107210122_noticia.html

Restaurada una Imagen del siglo XVI de San Hermenegildo (Sevilla)

PATRIMONIO

San Hermenegildo: el rey martirizado que volverá restaurado a su oratorio de la Puerta de Córdoba

El Museo de Bellas Artes presenta la intervención de esta talla del siglo XVI que regresará al lugar donde fue encarcelado

JAVIER MACÍAS

Mil años después de que reinara el primer monarca cristiano en España, en Sevilla se levantó un pequeño oratorio mudéjar enclavado en la Puerta de Córdoba para rendir culto a aquel hombre santo que había sido encarcelado y martirizado por su propio hermano en ese mismo lugar. Allí se creó una hermandad en torno a la devoción de San Hermenegildo, que encargó posiblemente a Juan Bautista Vázquez ‘El Viejo’ (siglo XVI) una talla del monarca sedente para ubicarla en el ara de este habitáculo minúsculo al que se accede por una escalera que parte del interior de esta puerta de acceso a la Sevilla amurallada. 

La imagen, que se encontraba en un lamentable estado de conservación por las humedades de este espacio durante tantos años, fue trasladada hace unos meses al Museo de Bellas Artes para que, con su patrocinio, fuera restaurada por Carlos Peñuela. Este viernes se ha presentado el resultado de la intervención en el museo, donde permanecerá expuesto hasta que regrese al lugar para el que fue concebida la talla, esta vez dentro de una urna de metracrilato que lo proteja de las condiciones ambientales.

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Esta escultura fue la titular de la hermandad hasta que fue sustituídapor la que, atribuida a Martínez Montañés, se encuentra hoy presidiendo el retablo del altar mayor en el templo y que será la que salga en procesión por las calles de Sevilla de forma anual. La imagen antigua, que luce ahora en todo su esplendor, representa al santo como rey, sedente en su trono y con corona. Y, como defensor del catolicismo y mártir, porta el hacha, los grilletes y el crucifijo. Muchos de estos elementos se encuentran en el emblema de la hermandad, que aparecen, junto con la palma del martirio y la corona de rosas, en el retrato de Velázquez. De reducidas dimensiones (44 x 46 x 94 centímetros), está datada hacia 1570-80 y tallada en madera de pino Flandes. Está estofada y dorada en oro fino de ley con carnaciones policromadas al óleo con pulimento a vejiga tradicional.

Debido a su emplazamiento en el altar del primitivo oratorio, la imagen había sufrido graves desperfectos. El soporte presentaba un gran ataque de xilófagos, pérdidas y fisuras; falta de adhesión en la capa de preparación; la policromía lagunas, levantamientos, desgastes, repintes y en el dorado levantamientos, según explica el conservador del museo, Ignacio Cano.

Carlos Peñuela ha trabajado junto a un equipo de intervención. Los análisis químicos de las policromías los ha llevado a cabo Arte-lab SL; los análisis e identificación del soporte lignario y maderas, la bióloga Rosalía Martín Franquelo. También han intervenido los restauradores Ana Marín López, Jose Carlos Córdoba Gonzalez y el maestro carpintero Enrique Gonzálvez González.

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Los tratamientos 

-Estudio de diagnosis previo fotográfico con luz normal, rasante y ultravioleta en las que se pudieron estudiar las patologías previas.

-Estudio radiológico completo y de TAC a la par que estudio en 3D. Con estos estudios se apreciaron los múltiples daños internos que poseía la imagen debido a desunión de ensambles, múltiples elementos metálicos o clavos oxidados o un importante ataque xilófago en toda la escultura; así como un estudio completo de la madera mediante extracción de micromuestras observadas al microsocopio. La madera utilizada es de pino Flandes.

Estudio estratigráfico de micromuestras extraídas a la imagen en el que se evaluaron las sucesivas capas de repintes e intervenciones a lo largo de su historia material.

Una vez finalizada la fase cognoscitiva o de diagnosis se procedió a la fase operativa o de intervención propiamente dicha y que se resume en:

Tratamiento antixilófago mediante anoxia por gases inertes.

-Tratamiento de fijación pictórica y polícroma completa a toda la Imagen.

Consolidación de toda la imagen mediante la inyección e diferentes consolidantes y resinas epoxídicas, enchirlatado de láminas de madera similares en densidad a la original. Previo a ello se eliminaron todas as intervenciones en cuanto a soporte anteriores en las que se encontraban múltiples relleno de estucos industriales y cera repintada con purpurinas de baja calidad.

Limpieza polícroma de toda la escultura tanto en carnaciones, dorados y estofados.

-Reintegración volumétrica de elementos originales faltantes como miembros de mano izquierda, eliminando los no originales de escasa calidad; así como en parte de la peana y diferentes molduras en la trasera del trono de la imagen.

-Reintegración volumétrica y estucado de todas las lagunas existentes en la misma.

Reintegración cromática con criterio diferenciador a corta distancia con zonas en las que se reintegró con medios acuosos y posteriormente con pigmentos al barniz, y en zonas de grandes lagunas en las que faltaba el soporte lignario se doraron a oro fino de ley de 23 k ¾ integrándolas en el conjunto, si bien siempre se primó el criterio de diferenciación a corta distancia y el de la compatibilidad y reversibilidad de los materiales utilizados con los originales.

-Para finalizar se le aplicó una suave fina capa de protección en dos fases, una primera a brocha y una segunda pulverizada.

Presentada la Intervención del Retablo del Carmen de la Orden Tercera. Sevilla.

La vuelta a los orígenes de un desconocido retablo de la Orden Tercera en Sevilla

Fechado a mediados del siglo XVIII, esta capilla de la calle Cervantes ha recuperado este retablo neobarroco y se suma a los proyectos de este templo ya restaurados gracias al mecenazgo

La Orden Tercera presentó el pasado jueves 1 de octubre la restauración del retablo de la Virgen del Carmen y de la propia imagen, trabajos realizados por el profesional en la materia Carlos Peñuela Jordán y ejecutados gracias al mecenazgo de los colegios St. Mary y Buen Pastor -con la representación de Joaquín Egea- dos de los patronos que ayudan a la orden a restaurar las piezas de este templo, junto con la colaboración en esta ocasión del Club de los Leones, que contó la figura de su vicepresidente, Francisco Pérez.

La intervención ha permitido devolver el esplendor a esta pieza barroca de la primera mitad del siglo XVIII que ha sido restaurada entre los meses de junio a septiembre de 2020 y en los que ha intervenido un equipo de técnicos en restauración conformado por los conservadores y restauradores: Ana Marín López, José Carlos Córdoba González y Carlos Peñuela Jordán.

El vicepresidente del Club de Leones de Sevilla, Francisco Pérez; el restaurador Carlos Peñuela y Joaquín Egea, ante el retablo de la Orden Tercera restaurado / JAVIER COMAS

Este retablo en madera dorada y policromada está fechado hacia la primera mitad del siglo XVIII, siendo de estilo barroco presidido por la del Carmen, obra de notable calidad datada en la misma época y que también ha sido recuperado. El programa iconográfico del mismo se completa con alusiones a las letanías del Rosario de la Santísima Virgen; siendo estas representadas en los diferentes casetones que decoran el retablo.

Virgen del Carmen de la Orden Tercera / JAVIER COMAS

Los tratamientos realizados durante la intervención se iniciaron con la documentación gráfica con luz rasante, normal y ultravioleta en el que se evidenciaron intervenciones anteriores, lagunas y faltantes en el soporte y en las preparaciones; así como acúmulos, depósitos de suciedad y oscurecimiento de las diferentes policromías y dorados.

Detalle del retablo restaurado de la Virgen del Carmen de la Orden Tercera / JAVIER COMAS

Posteriormente, se ha limpiado de depósitos superficiales mediante la aspiración con brocha suave por todo el conjunto lignario.

Detalles de la restauración del retablo del Carmen de la Orden Tercera / CARLOS PEÑUELA

El informe de intervención también destaca la fijación de los estratos de preparación, polícromos y de dorado que nos ha permitido conservar estratos de color y dorado próximos a desprenderse; así como la consolidación del soporte lignario del retablo en los que se ha fortalecido diferentes partes del mismo con el uso de chirlatas de madera laminada con maderas de densidad similar a la original.

Detalles de la restauración del retablo del Carmen de la Orden Tercera / CARLOS PEÑUELA

Tras ello, los profesionales han desinsectado el soporte lignario tras un ataque xilófago en zonas muy localizadas con la inyección e impregnación de permetrina y consolidante como Paraloid b72. Seguidamente se ha limpiado química y mecánicamente de suciedad de hollín, polvo adherido en los estratos polícromos, capas pictóricas y de dorado. Con la utilización de diferentes hidrocarburos alifáticos y a punta de bisturí se eliminaron multitud de restos de cera entre otros.

Detalles de la restauración del retablo del Carmen de la Orden Tercera / CARLOS PEÑUELA

Los trabajos también tuvieron la retirada y remoción de barnices y repintes de intervenciones anteriores tanto en la Virgen del Carmen como en el retablo. Para ello se ha utilizados diferentes test de limpieza hasta desencadenar en diferentes soluciones a base de geles de distintos alcoholes tales como  Isopropílicos, bencílicos, etílicos y metílicos junto con otros hidrocarburos alifáticos o dowanol.

Detalles de la restauración del retablo del Carmen de la Orden Tercera / CARLOS PEÑUELA

Otro de los procesos ha sido la reintegración volumétrica y estucado de elementos y lagunas de preparación existentes. En este proceso a parte del estucado se fabricaron diferentes piezas de madera que faltaban en el retablo y que por saca de puntos digital se colocaron de nuevo. Así como la reintegración cromática en dos fases, una primera con medios acuosos y una segunda al barniz con criterio diferenciador a corta distancia. Hay zona y piezas nuevas faltantes que se han dorado en oro fino a la forma tradicional con oro de ley 23 kilates ¾.

Detalles de la restauración del retablo del Carmen de la Orden Tercera / CARLOS PEÑUELA

Finalmente se ha aplicado una capa de protección y barnizado de los estratos polícromos y dorados; así como maderas vistas.

El retablo y la Virgen del Carmen

El retablo que cobija al grupo escultórico es parejo al de san Clemente y similar en estructura y elementos ornamentales. La única diferencia entre ambos retablos radica en los diferentes símbolos marianos que lucen en el intradós de la hornacina.

Ambos altares, bóvedas y losas correspondían a la casa y mayorazgo de la familia Requejo, siendo a Faustino Clemente Raquejo (Requejo) a quien la orden tercera otorga bóveda y lugar de enterramiento a 15 de mayo de 1750. Fue ministro, encargándose de la ampliación de la capilla y a la sazón era voto perpetuo de la orden. Los dos retablos siguen los cánones estéticos de h. 1750 y fueron ejecutados para el estreno de la citada ampliación de la capilla que tuvo lugar en ese mismo año. Las advocaciones de la Virgen del Carmen y de san Clemente obedecen a las devociones particulares de la familia Raquejo.

De la imagen, anónima y que ha sido restaurada en paralelo al altar, destaca su parecido a la Virgen del Rosario de la capilla de la calle Dos de Mayo, propiedad de la hermandad de las Aguas.

Virgen del Carmen de la Orden Tercera / JAVIER COMAS

Las siguientes intervenciones

Esta intervención es el punto de partida de sucesivas restauraciones que recuperen al completo su capilla. El propio Egea señaló a los medios que «ya están buscando la financiación para restaurar el retablo parejo de San Clemente», una intervención valorada en 20.000 euros.

Posteriormente se buscará intervenir a la Virgen de La Paz, San Francisco y Santo Domingo que forman parte del retablo mayor de este pequeño templo de la calle Cervantes.

Retablo de San Clemente de la Orden Tercera, pendiente de restauración / JAVIER COMAS

Más información:

https://sevilla.abc.es/pasionensevilla/actualidad/noticias/la-vuelta-los-origenes-desconocido-retablo-la-orden-tercera-sevilla-183702-1602108867.html

https://www.diariodesevilla.es/sevilla/Orden-Tercera-restaura-valioso-retablo-Virgen-Carmen_0_1507649437.html

Publicada la entrevista en el Boletín de Huelva

Carlos Peñuela: “en materia patrimonial, debe tenerse en cuenta el criterio de los restauradores-conservadores”

El Boletín entrevista hoy a Carlos Peñuela, que desde el pasado mes de junio es conservador de bienes muebles de la Hermandad de la Macarena. Es Licenciado en Bellas Artes con especialidad en Conservación y Restauración de Bienes Culturales por la Universidad de Sevilla y Máster en Arte, Idea y Producción por la misma Universidad. Como restaurador, ha realizado numerosas intervenciones en obras de cofradías y parroquias sevillanas. Sin duda, un referente en la materia.

Pregunta: Hace unos meses fue designado por la Hermandad de la Macarena conservador de su patrimonio de bienes muebles. Exactamente, ¿cuáles serán sus funciones en tal responsabilidad?

Respuesta: El nombramiento responde a la apuesta de la Hermandad de la Macarena por establecer unos protocolos para la correcta conservación del vasto patrimonio que atesora.

Las principales funciones de la figura del Conservador de Bienes Muebles son las de instituir los criterios de actuación patrimonial de bienes muebles en cada momento, así como de adecuación y mantenimiento de las instalaciones -y sus condiciones de seguridad, temperatura y humedad- donde se albergan los mismos.

También la realización del inventario de estos bienes muebles y, a partir del mismo, establecer los criterios de conservación.Este documento servirá para redactar un plan de actuación vinculado a la conservación preventiva, que sea capaz de definir los criterios de uso, y la formación de las personas que van a manejar este patrimonio, así como los protocolos que recojan dichas tareas.

Pregunta: Las hermandades han acumulado un valioso patrimonio histórico-artístico en los últimos siglos y la sensibilidad en materia patrimonial de estas asociaciones ha crecido sustancialmente en las últimas décadas. Pero las hermandades, en general, ¿cuentan con los recursos necesarios para conservar este patrimonio (casas hermandad acondicionadas, presupuesto suficiente) o el patrimonio acumulado está por encima de las posibilidades de las hermandades?

Respuesta: En general, los recursos de las hermandades y cofradías de Sevilla más que ser limitados, están a fecha de hoy quizá más encaminados a tratamientos integrales de restauración, más que a la conservación preventiva, propiamente dicha. Poco a poco, se vislumbra que esa mentalidad va cambiando, tomando en consideración estrategias y mecanismos para una buena conservación, almacenaje y manipulación de bienes y enseres litúrgicos. A día de hoy, lamentablemente, ese vasto patrimonio, aún está muy por encima, en general, de las posibilidades de dichas instituciones, pero el camino está marcado y se va viendo luz en todo ello.

Pregunta: La decisión de la Hermandad de la Macarena es un paso en la buena dirección para que las decisiones sobre patrimonio se adopten con criterios técnicos y no con otros, como el mero capricho personal ¿Por su formación y profesión es partidario de que las decisiones patrimoniales en el seno de las hermandades recaigan en personas con conocimientos sobre la materia?

Respuesta: Por supuesto que sí. Al igual que para una comisión económica en una junta de gobierno habría que contar con hermanos con formación contable o economistas, por ejemplo, para decisiones patrimoniales, es de cajón, que se tengan muy en cuenta las opiniones y directrices de conservadores del patrimonio que puedan asesorar en cada momento y que sus dictámenes no respondan a gustos ni caprichos personales.

Pregunta: Ciertos actos, como los besamanos, tienen un impacto sobre las imágenes ¿Está medido hasta qué punto es agresivo ese impacto?

Respuesta: Obviamente, a todas luces se conoce, y no hay que ser profesional en el patrimonio para descubrirlo, que los besapiés y besamanos a Nuestros Sagrados Titulares producen una serie de daños y patologías en sus policromías. Este impacto, si lo miramos desde un punto de vista de un conservador, es bastante agresivo, en tanto en cuanto en estos actos y cultos devocionales las Sagradas Imágenes pierden parte de la policromía de aquellas zonas que son besadas y, sobre todo, y, en ocasiones de forma casi más perjudicial, pasadas por un pañuelo o gasa. Pero no podemos olvidar que esta tipología de Bienes Culturales tiene, por encima de todo, una connotación, incluso más importante, y para la que el artista, en su momento, las creó. Hablamos de Imágenes Sagradas. Por lo tanto, no podemos quedarnos en un mero tratamiento museístico, como en el caso de otras piezas que no tengan ese uso cultual.

Pregunta: En relación a la pregunta anterior, ¿cree que hay costumbres en las hermandades que deberían modificarse en aras de una mejor conservación patrimonial? Me refiero, por ejemplo, a la disposición de la cera en los cultos, de la candelería en el paso procesional o de la cera de los guardabrisas en relación al manto.

Respuesta: Es interesante lo que plantea ya que, desde hace varios años, diferentes hermandades plantean este tipo de cuestiones con maravillosos resultados. Hay multitud de pasos tanto, de Cristo como pasos de palio, que llevan diferentes tipos de “platillos” que van cogidos, entre el guardabrisa y el arillo que suele rematar las tulipas, impidiendo o minimizando, en un alto porcentaje, la cantidad de cera que cae sobre bordados de mantos, túnicas, tallas doradas de canastos, respiraderos o sobre los mismos brazos de los candelabros.

Otra cuestión importante, más que el tema de la cera en cultos, como quinarios o septenarios, que tienen lugar una vez al año, sería la de la cera de diario. Hay altares que, desde hace tiempo, se iluminan con parafina que no causa apenas combustión y, por ende, humo que se deposite en las  policromías de las Imágenes.

Pregunta: Hasta ahora, en general, las hermandades afrontan restauraciones de un manto procesional, de un palio o de las imágenes titulares cada cierto tiempo ¿Cree que es necesario dar un paso más para entender que es preciso dedicar todos los años una partida presupuestaria para conservar el patrimonio como es debido?

Respuesta: Esto que me dice se traduce en lo que denominamos conservación preventiva, que no es otra cosa que encaminar estrategias y mecanismos para preservar, todo lo que se pueda, la integridad y autenticidad de las obras, por ejemplo, un manto de una dolorosa. Es fundamental que en las mayordomías haya anualmente partidas para, por ejemplo, hacer tratamientos de conservación en textiles, tales como la microaspiración, foco de ataques biocidas por acumulación de años sin realizársele nada. Otra cuestión sería la del control de temperatura y humedad en las vitrinas donde se expongan estas piezas, así como la iluminación. Estas son inversiones, no muy altas, que, a la larga, redundan en no intervenciones integrales ni demasiado invasivas en estos bienes patrimoniales, procurando conservar, casi en su integridad, todo este vasto patrimonio que custodiamos en las hermandades y cofradías.

Pregunta: Las hermandades suelen enriquecer ciertas obras patrimoniales, como un paso, un manto, una corona…¿Qué opinión tiene al respecto? ¿Es partidario del enriquecimiento o prefiere respetar la obra original? 

Respuesta: Si Juan Manuel Rodríguez Ojeda viera la corona de oro de la Santísima Virgen de la Esperanza que, él mismo diseñó en 1913, creo que estaría en total desacuerdo con el enriquecimiento que sufrió dicha presea en los años 50 y 60 del pasado siglo XX. Si bien, no podemos mirar, con los ojos de ahora, acciones que se realizaron hace 50 años, ya que la mentalidad y conciencia en patrimonio, gracias a Dios, ha cambiado mucho.

Dicho esto, prefiero por ética profesional, y dentro de nuestro código deontológico como Conservador-Restaurador de Bienes Culturales, las obras originales tal y como las creó su autor.

Pregunta: Las imágenes sufren con los cambios de temperatura ¿Las iglesias son edificios acondicionados para amortiguar este impacto?

Respuesta: Normalmente hablamos de edificios de hace varios siglos no acondicionados para la conservación de obras de arte. En otras ocasiones, se trata de edificios contemporáneos en los que tampoco logramos estabilizar del todo sus condiciones climáticas. Es una tarea pendiente, y muy difícil de atajar, pues se trata de edificios y estancias de miles y miles de metros cúbicos muy complejos de acondicionar a una temperatura y humedad relativa estable. Por poner un ejemplo, instituciones como el Museo de Bellas Artes, anualmente, tienen entre sus partidas económicas más importante la destinada al mantenimiento y consumo de la energía propios para acondicionar climáticamente todas sus salas. Trasladar eso a nuestras hermandades, a sus iglesias y capillas y a sus casas de hermandad en las que se expongan enseres, a día de hoy, se me antoja casi imposible, o al alcance de muy pocas corporaciones, por el gasto fijo que ello supone. Mientras tanto, se pueden diseñar estrategias de conservación estudiando los edificios y creando sistemas de flujos de ventilación cruzada, colocar humificadores, bolsas con pastillas de gel de sílice en el interior de vitrinas para regular la humedad relativa en el ambiente…

Pregunta: La adecuada conservación del patrimonio exige contar con casas hermandad debidamente acondicionadas. Con una temperatura medida, con la luz adecuada, con espacio suficiente…Las casas de hermandad han jugado un papel destacado como centro social y algunas cuentan con barra de bar ¿La adecuada conservación del patrimonio obliga a revisar las características y usos de estos espacios?

Respuesta: Unida a la respuesta anterior va muy encaminada esta respuesta. Sería cuestión de analizar y estudiar los edificios y las estancias donde se coloca el patrimonio mediante el estudio climático y medioambiental de un ciclo anual para conocer que ocurre en esos espacios y analizar los factores de riesgo y de alteración que puedan afectar a esos bienes.

Pregunta: Usted es Licenciado en Bellas Artes en la especialidad de Conservación y Restauración de Obras de Arte y profesionalmente se dedica a la restauración. Dedicarse a una tarea tan vocacional debe ser un auténtico lujo, más aún en los tiempos que corren, ¿no?

Respuesta: Para mí, mi profesión es un auténtico privilegio. Disfruto con mi trabajo cada día. Esto es el mayor aliciente e incentivo para la motivación. Si ello lo unimos a los difíciles momentos que nos está tocando vivir, pues doblemente agradecido al Señor de la Sentencia y a la Virgen de la Esperanza en manos de quienes cada día me ofrezco.

Pregunta: Técnicamente, ¿qué es lo más complejo de su profesión?

Respuesta: Discernir criterios de actuación para cada intervención es siempre complejo, ya que, cada una de ellas, tiene su intrahistoria y no hay ningún tratamiento ni producto de conservación que sea la panacea para todas. A parte, yo diría que la pedagogía y enseñar a los responsables y custodios del patrimonio de las hermandades. Poco a poco vamos consiguiendo grandes avances, pero se me antoja que es lo más complejo.

Pregunta: ¿De qué manera cree que pueden afectar la pandemia y sus consecuencias económicas a la labor de conservación patrimonial de las hermandades?

Respuesta: Me temo que como a otros ámbitos de nuestras hermandades y cofradías va a afectar sobremanera. No estamos exentos por desgracia de ello. La concienciación de las mismas en los últimos lustros con respecto a la conservación del patrimonio ha ido “in crescendo” siendo actualmente, por lo general, notable. Desgraciadamente, como esta situación se alargue en el tiempo, nuestras corporaciones no van a tener capacidad económica para abordar proyectos de restauración que tenían planteados a corto y medio plazo. En cuanto a la conservación preventiva y el mantenimiento, sí creo que se puede seguir trabajando ya que, en eso, juega un papel decisivo la concienciación y formación de las personas que custodian y manipulan bienes, enseres y ajuares litúrgicos.

Pregunta: ¿Existe intrusismo en la conservación y restauración del patrimonio?

Respuesta: Cada vez menos, pero si sigue existiendo. La mayoría de hermandades están encargando sus trabajos de conservación y restauración a profesionales titulados. Esto es cuestión de tiempo. La mayoría de las hermandades y de los profesionales “van entrando en el carril” para que, poco a poco, no exista ese intrusismo y para que no haya competencia desleal y todos los profesionales trabajemos bajo la legalidad con las máximas garantías fiscales y laborales.

Pregunta: Su profesión le permite conocer las técnicas de trabajo de artistas de otras épocas. ¿Hay algo que le llame la atención acerca de los conocimientos técnicos que atesoraban estos artistas?

Respuesta: Con la supresión de los gremios, en las primeras décadas del siglo XVIII, se dio paso a que no hubiera un tribunal que en cada gremio controlara el producto o la obra que se entregaba. Estos gremios actuaban como verdaderos garantes de la excelencia en el trabajo desarrollado. Poco a poco se le fue “echando menos cuenta” a la técnica y al procedimiento escultórico o pictórico y más a la impronta del artista o a la idea o proyecto creativo.

De los grandes maestros de los siglos XV al XVIII, por ejemplo,  se aprende por cada centímetro que se actúa. La meticulosidad con la que están ejecutadas sus obras, los ensambles de las tallas, el ahuecado de sus esculturas, la pureza de los pigmentos utilizados en los temples de los estofados o en las policromías de sus carnaciones… son una auténtica delicia aprender de ellas. Un buen amigo orfebre siempre exponía que su padre, el gran orfebre, uno de los más grandes, el recordado maestro Marmolejo Camargo, decía que, si estos artistas y artesanos de tiempos pretéritos trabajaran hoy día con la dignificación laboral que tienen todos los oficios, no habrían proyectos que se ejecutaran con esa calidad de lo costoso que serían.

Más información en: https://boletinhuelva.com/carlos-penuela-en-materia-patrimonial-debe-tenerse-en-cuenta-el-criterio-de-los-restauradores-conservadores/

San Jacinto inicia la restauración de una joya del tardobarroco: la capilla sacramental

Por JAVIER COMAS

La parroquia trianera de San Jacinto acaba de iniciar los trabajos de la capilla sacramental que devolverán la luz original a una joya del tardobarroco sevillano. El restaurador Carlos Peñuela intervendrá durante seis meses, junto a un equipo de expertos, restauradores, historiadores, arquitectos y químicos, esta desconocida estancia que cobija a la Virgen del Rosario y al Santísimo en este templo dominico.

Los trabajos se centrarán en la consolidación del soporte y trasera del retablo, así como en la limpieza química y mecánica de las piezas, reintegración volumétrica de elementos faltantes, estucado, reintegración cromática y barnizado; así como una profunda intervención en las yeserías, reja y murales de la capilla.

Será la primera intervención que sufrirá este espacio en más de dos siglos y medio desde que fuera proyectado. Un lugar que tiene uno de sus problemas más graves en «las alteraciones que ha sufrido el muro a lo largo de los años. Esto se puede apreciar por reparaciones de operarios en las sucesivas obras que han tenido lugar, sobre todo por los materiales que se aprecian, ya que las variaciones en el tipo de madera saltan inmediatamente a la vista», apunta el restaurador a este medio. Problemas basados principalmente en la humedad: «Había chorreado en multitud de espacios agua procedentes de cubiertas, goteras, humedades por filtración y por capilaridad».

La capilla sacramental de San Jacinto, aún sin los andamios instalados / ABC

En cuanto al soporte mural, «se encuentra en general en buen estado, aunque tiene múltiples grietas y fisuras correspondientes a aberturas y movimientos de los muros». Los motivos ornamentales «presentan la misma patología» donde se observan «manchas de humedad así como disgregación de los paramentos murales, encontrándose en algunos puntos muy harinoso», indica Peñuela.

Detalle del ático del retablo de la capilla sacramental de San Jacinto / ABC

Por su parte, el retablo está «en buen estado estructuralmente» pero su dorado «está muy oxidado y ennegrecido. En esta misma zona se encuentra hasta un 30% de pérdidas de dorado y preparación, debido a su exposición a los cambios bruscos de temperatura, humedad, luz directa a través del óculo, etc…», argumenta Peñuela.

Ángel atlante de la capilla de sacramental de San Jacinto / ABC

Con un presupuesto de 60.000 euros, comienza de esta forma un proyecto impulsado inicialmente por el anterior párroco José Rafael Reyes y ejecutado por el actual, Javier Rodríguez. Del mismo modo, las gestiones del arzobispo, Juan José Asenjo, han facilitado la llegada de donaciones tan importantes como la de la Real Maestranza de Caballería. El proyecto también ha contado con relevantes aportaciones de fieles y feligreses de la parroquia, así como de la propia orden dominica.

Detalle de las yeserías de la capilla sacramental de San Jacinto / ABC

El retablo

De estilo rococó, el conjunto está enmarcado en el primer tercio del siglo XVIII y atribuido a Francisco de Acosta «El Mayor», hijo de Cayetano de Acosta. Por su parte, el historiador Álvaro Recio Mir la encuadra en 1775. Esta atribución la realiza la profesora Matilde Fernández Rojas, por analogía con el retablo mayor de la parroquial de Fuentes de Andalucía.

Su retablo, que cuenta con unas medidas de 663,50 x 417 centímetros, presenta un programa iconográfico dedicado a la Virgen del Rosario -atribuida al círculo de Acosta- que preside la estancia y que fue restaurada recientemente por el propio Peñuela. A esta imagen le acompañan un San Pío V, instaurador de la fiesta del Rosario y San Francisco de Asis.

Detalle de las pinturas murales de la capilla sacramental de San Jacinto / ABC

En cuanto a las pinturas murales están datadas en 1951 mientras que las yeserías, «fueron policromadas hacen alrededor de siete décadas», como apunta Peñuela.

La capilla sacramental de San Jacinto, con los andamios instalados / ABC

En esta capilla residió desde 1755 la Cofradía del Rosario fundada por la Orden de Predicadores hasta finales del siglo XIX, en que parece se encuentra ya en franca decadencia y convertida, tras la exclaustración, en hermandad diocesana. Una estancia que tiene una prominente bóveda que supera los 8 metros del altura y que convierte esta capilla en una desconocida joya del patrimonio de la ciudad que comienza a redescubrir San Jacinto con nuevos aires de reapertura.

Ángel atlante de la capilla de sacramental de San Jacinto / ABC

Más información en: https://sevilla.abc.es/pasionensevilla/actualidad/noticias/san-jacinto-inicia-la-restauracion-una-joya-del-tardobarroco-la-capilla-sacramental-180443-1594294404.html

El Santo Ángel rescata una inédita representación del taller de Gregorio Fernández en Sevilla

Por JAVIER COMAS

El Carmen del Santo Ángel continúa incrementando su patrimonio con una pieza de gran valor. El restaurador Carlos Peñuela ha recuperado un busto relicario de Santa Teresa atribuido al taller del maestro universal castellano, Gregorio Fernández, siendo esta una de las escasas representaciones en Andalucía de este genio del barroco español.

Encargado por el Linaje de Paternina para contener la preciada reliquia del corazón de Santa Teresa, esta obra tiene sus orígenes en el convento de Carmelitas Descalzas de Alba de Tormes, donde está gran parte de los restos de la santa abulense. Esta obra estuvo allí hasta la realización del nuevo relicario de oro y plata para el corazón de la Santa obra barroca de Alonso Cano.

Posteriormente, esta pieza regresó a la familia que lo ha conservado hasta que se adquirió en San Sebastián y llegó a Sevilla en enero de 2019, siendo ofrecido a los Carmelitas Descalzos del Santo Ángel a través de donaciones particulares.

El relicario de Santa Teresa del Santo Ángel / CP

Según el doctor en historia del arte y prior del convento sevillano, «se trata de una obra de extraordinaria calidad, cuya huella de Gregorio Fernández es evidente, siendo muy similar al conservado en las Descalzas de Alcalá de Henares».

La pieza fue presentada este miércoles 1 de julio y se ubicará en la capilla del Sagrario, junto al Cristo de los Desamparados de Juan Martínez Montañés.

El prior del Santo Ángel, Juan Dobado, y el restaurador Carlos Peñuela, con el relicario de Santa Teresa / JAVIER COMAS

La intervención

Así, durante más de un año, Carlos Peñuela ha intervenido esta pieza tras un largo proceso. Primeramente, un estudio fotográfico con luz rasante, normal y ultravioleta identificó los males de la obra que posteriormente ha sido desinsectada en su soporte lignario que estaba atacado por insectos xiloófagos. Del mismo modo, se han fijado los estratos de preparación y policromía, así como se ha limpiado mecánicamente los depósitos superficiales y restos de cera.

El relicario de Santa Teresa del Santo Ángel, con luz ultravioleta / CP

Posteriormente, se ha realizado una limpieza química de barnices envejecidos y oxidados, así como una reintegración volumétrica y estucado de elementos faltantes como la pluma que porta la imagen y el correcto ensamblado de miembros en la mano derecha.

El relicario de Santa Teresa del Santo Ángel, antes de restaurarse / CP

Finalmente, se ha reintegrado cromáticamente la policromía y los paños estofados en dos fases: una primera con medios acuosos a la acuarela y una segunda con pigmentos al barniz. Para el remate de los trabajos, se ha aplicado una fina película de protección o barniz.

El prior del Santo Ángel, Juan Dobado, y el restaurador Carlos Peñuela, con el relicario de Santa Teresa / JAVIER COMAS

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